La magnífica Mama de Teatro en el Incendio
En 2011, Gonzalo González y Gilberto Corrales —ambos egresados de la licenciatura en Teatro de la Universidad Autónoma de Baja California— fundaron Teatro en el incendio. A diferencia de otras compañías teatrales en Tijuana, la de González ofrece un teatro revolucionario con obras sensibles ante la realidad social.
Los temas que de una u otra forma agitan a la sociedad son elevados al tenor que sólo ellos conocen.
Las demás luces se apagan, solo una solitaria luz se proyecta desde el techo e ilumina medio cuerpo de la artista. Sus ojos se dilatan, cruza miradas con las sombras que observan a la distancia, en apariencia quietas y calladas.
La artista ha ensayado mucho, conoce su cuerpo y advierte cada crujir de su ser. Siente un control sobre sus músculos, palabras y tenores. Para ella son todas cosas naturales, ha dejado su carne y viste otro cuerpo.
Las sombras que le observan desde la butaca: palpitando, bostezando o lloriqueando, no miran a una sola mujer, sino a dos, a tres o a cuatro. La artista despliega muchos cuerpos, identidades y emociones que se refractan como un prisma de luz a lo largo del auditorio.
La artista es un cuerpo donde caben muchos cuerpos, y eso es el teatro y el arte.
El teatro es un acontecimiento, un encuentro del espectador con la artista. La sombra se mira a sí misma en las emociones y en el cuerpo de la mujer con los ojos dilatados y las articulaciones desgastadas. Nos transformamos en ella, nos adherimos como la goma al cuerpo de la actriz y por esta razón el teatro es inclusivo, siempre suma y nunca resta.
Ver temas complejos que tienen un peso social, personal y cultural nos conduce a una reflexión donde podemos ver nuestra realidad con distintos ojos, cuestionando lo que creíamos conocer. Teatro en el Incendio se ha echado al lomo la labor de representar el teatro de nuestro tiempo, hacerlo de una forma original, retadora y desafiante.
Se han mantenido en constante movimiento e incluso han participado en numerosos festivales locales y nacionales, como la Muestra Nacional de Teatro. En su repertorio encontramos obras como: “Vértice-Wayak”, “El banquete de la vergüenza”, “Saturno devorando a sus hijos”, “Nada vende mejor que una historia de supervivencia”, “El Patético Dios con Prótesis”, “La Mama”, entre otras más.
La Mama Cabaret es un monólogo creado por Gonzalo Gonzáles. La idea en inicio no estaba pensada para su función y presentación escénica. Sin embargo, el personaje fue creándose y sucumbió ante las tentaciones del cabaret, donde pudo aterrizar y convertirse en un magnífico espectáculo.
Con la influencia de Lisístrata, las canciones populares mexicanas, una nueva perspectiva lírica, el constante diálogo e interacción con la audiencia y la improvisación, La Mama es una crítica directa al machismo, busca empoderar a las mujeres y su libertad de decidir por sí mismas. Silenciar y controlar son cosas que a La Mama le disgustan.
“El Cabaret me hizo darme cuenta que no es que me faltara talento, sólo había dejado de ponerme a mí mismo en el arte que hacía. Es que el Cabaret es así: te dice las cosas de frente, te pone en peligro, es revolucionario, es valiente, es contestatario y es muy muy muy divertido. Te golpea la cara mientras te ríes a carcajadas. Y, sobre todo, no te permite ser tibio, no te permite sólo “hacer las cosas bien”, no te permite sólo entretener, no te permite no ser artista” — Gonzalo González