La delgada línea entre lo real y lo fantástico
La fantasía blande su magia en un mundo teñido de blanco, la nada luce atemorizante cuando eres consciente que de ella puede emanar cualquier cosa, criaturas que se construyen a sí mismas y a su propio universo. En este mundo, llamado NEVER NEVER, surge un algo parecido a un necromorfo, NVERSS es su nombre.
NVERSS es grotesco, su morfología rebasa los límites de la desnudez y se muestra como puro cartílago, músculo y hueso, es un sujeto tumoral y con verdaderas intenciones de seguir deformándose, la nada no le satisface y busca un punto de contacto con la realidad, le apetece filtrarse en ella.
En un mundo dividido en derecha, centro e izquierda, NVERSS habita el polo izquierdo, un polo que alguna vez estuvo quieto, inmóvil, pero tras imbuirse en un sueño con salas de juego gigantescas, piscinas, pelotas, murales y piezas de madera, recobró su movilidad.
En el polo derecho se expresa la realidad, el mundo IFLY! que percibimos con el ojo, entintado con las pesadumbres que lo real implica. NVERSS, en un claustro materno blanquecino, golpea el centro intentando fundirse en el mundo IFLY!, con cada golpe su cuerpo se deforma como si de una pared de ácido se tratara.
Y cada golpea crea momentos hermosos en la realidad, cuando NVERSS asesta el primer golpe, miles de mariposas despliegan sus alas en un santuario natural entre cedros y mesófilos de montaña; asesta el segundo golpe, la criatura se deforma pero la realidad experimenta un espectáculo de color donde gotas de lluvia y sol son protagonistas.
Un tercer golpe y las hojas de los árboles caen, el otoño ha llegado. Lo fantástico se encuentra en las cosas más simples, en mirar a un bovino regodearse en la pradera o que las almas gemelas coincidan en vida. Lo fantástico se filtra por las grietas que NVERSS deja tras cada golpe, la criatura no logra introducirse pero su presencia en el mundo es indiscutible.
EL NACIMIENTO DE IRCON
Lo más cercano a IRCON es un impulso creador, es esa fantasía que llevó a los cazadores-recolectores en 9500 a. C. a construir grandes columnas talladas en piedra de 50 toneladas y 30 metros de altura, en lo que ahora es Göbekli Tepe en el sudeste de Turquía. IRCON no se explica como a un personaje de caricaturas, una marca en el imaginario de las personas o un ente fantasmal, no es tan sencillo.
IRCON es un potencial creativo, un significado tan voluble, deforme y desdibujado como el arte, es una historia contada por los más antiguos oradores, es una de las tantas huellas en la cueva de las manos en Argentina, es una lucha constante por permanecer y materializarse en el tiempo.
Y a merced de la historia podemos hablar de su nacimiento particular en el cuerpo y la mente de Iván Andrade, un artista visual de Tijuana.
Imaginemos a un Iván de unos siete u ocho años, con la mitad de su cuerpo agarrotada, los médicos coinciden en que el lado izquierdo de su cuerpo es deficiente, no puede moverse como los otros niños y necesita asistir a terapia para recobrar sus funciones.
El niño asiste a terapia y las instalaciones no pueden describirse sino como un sueño: grandes salas de juego donde agarrar canicas con los dedos de los pies, piscinas enormes donde aletear para no ahogarse, pelotas grandes y pequeñas para ejercicios variados… La experiencia lo traslada a un mundo onírico, poroso, donde existe una delgada línea entre lo real y lo fantástico.
Luego de la terapia, el niño comienza a dibujar —antes de la terapia eras un niño común, después la infancia se transforma en grafito, pintura e imaginación— le dice su madre. Estimular el lado izquierdo le trajo lo fantástico a su vida, antes inerte y ahora el nacimiento de un artista.
IRCON juega en estos dos mundos, el de los impuestos, la jornada laboral de 48 horas y el monocroma, y el mundo de los sueños, las aspiraciones y donde nunca sabes qué podría ocurrir. La forma de IRCON es la de ese niño de siete u ocho años, gestado en la inmovilidad, y hoy atraído por el movimiento.